¿Qué haces cuando la vida te da en la narices....cuando te planta cara?. Tanto pedir cambio, acción, cambio...y de repente se te planta ese dichoso cambio delante de tu ojos y te toca, como siempre, elegir. Y aunque no hubiera duda o elección, ¿qué hay del miedo?. Como asusta el cambio. A mi, personalmente me produce pánico...¡Oye nos inventaron para lo cotidiano, para ser rutina!, ¡qué esperabas!.
Me juego el pellejo a que todos os ha sucedio o en este momento os sucede. Es así, vivimos con el afán de tiranos de cabeza al vacío, de producir, provocar y ser CAMBIO y cuando llega, zas nos cagamos. Y no es que sea algo terrible para el universo pero es absurdo, aún así más que temor a que me llamen cobarde me da miedo el hecho de que me de miedo romper con lo que siempre he tenido, con lo que tengo, y con lo que a veces, sin duda alguna rompería.
¿Sabeís por qué me da miedo?. Porque en esta vida más que ser valientes o decididos, pega no ser unos sensiblones, melancolicos y...que se yo. Pegaría ser unos egoístas sin memoria y a danzar. Y suena mal, pero es todo eso lo que hace que me cueste arrancar y arrancarme, quizás porque hay cosas que nunca cambiaría, y aunque no siempre quisiera, me torturaría el alma dejarlas.
¡¿La vida son etapas!?. La vida es lo que decides. Y si tengo memoria es porque quizás no estoy hecha para perder ciertas cosas, personas y momentos. Así que, ya sabeís por donde me meto yo las etapas.
Así que con o sin cambio, la vida es esta gran absurdez de la que no encuentro fin ni razón.
Improvisemos.
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