Te quiero.

Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;
Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.

Será como aquella canción de los años 80.

Viejo verano

Dime que tal te sienta vivir con la ausencia.
Que injustos los veranos y allá por septiembre
que maldita la distancia,
que injusticia su imprudencia.

Deseaba que esa noche nunca terminara.
Hoy mi cuerpo se ha hecho preso de la somnolencia,
dicen que las aventuras son cosas de San olvido
que malditos los refranes que se dicen sin conciencia.

No me imaginaba que doliera tanto y tanto
yo que me reia de los Don Juanes y del querer,
yo que en el amor cerre mis puertas a cal y canto
hoy miro las llaves que las abre sin querer.
Ahora esta mi mente quebraita de quebrantos
pregunto al destino cuando te volvere a ver.
Ahora soy la espera que desespera y esperando
no veo el mañana sin pensar en el ayer.

Te escribo la presente desde aquel rompeolas
Aquel que nos brindaba aquellos atardeceres.
Ya cuento los segundos, los minutos y las horas
que me queda en esta vida
para poder volver a verte.

Nunca hubo un adiós alegre para el pensamiento
cuando esta por medio la ilusión del verbo amar.
Y ahora soy la espera que desespera y esperando
por favor amigo no me vayas a olvidar.