domingo, 23 de diciembre de 2012

Trátame de tú, que a solas no somos nada.

Y quién no quisiera arrojar al olvido todo cuanto conoce, que una vez por semana lo sentimientos se lanzaran a lo perdido. Quién no abandonaría el producto de un desafío,  unas ganas perdidas, un desierto de tiempos sin consumir. Quién una vez cada día no diría: hoy como tantos días prefiero morir de melancolía que el sueño sin ti. Acaso, ni el más lejano invoca al olvido una vez cada noche para poder dormir, y una vez cada mañana diría: hoy deshago la maleta llena de olvidos que anoche construí. Dime que lado de la cama decides vencer. Dime quién no reclama los besos olvidados, quién no muere cada segundo y revive ante tus pies. Lo más probable sea que un olvido a veces cuente como nada, lo más probable es que durante los recuerdos envejezcamos sin un por qué.

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