Es triste.
O quizá melancólico, exánime.
Y no hay sentido, ni costumbre, ni mirada absorta.
Más que dudas cabrían.
No sentir la vida, procurar la vida.
Es aflicción por la tristeza.
Es crueldad a mi.
No llantos, no sirenas, no sentir. Es impasiblemente triste.
Y aún así no tiene fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario