Lo indeseado.

No había más en ese cajón, aparte de un par de recuerdos rotos y una foto resistente al pasado. No existía la necesidad de abrirlo, nunca existió tal necesidad, pero lo innecesario mueve lo memorable o así creía tal mente como la suya. Poseía a la soledad como compañera de alcoba y una mente rota por preguntas acotadas en la no respuesta de una existencia cambiada a base de malos tragos. Era feliz, su dicha le hacia promover que si había habido o hay malos momentos es porque antes hubo tales pero maravillosos. No buscaba tras su corazón roto, sabía que los errores del pasado son los caminos del presente, No torturo más a su conciencia dejo la placidez de un leve suspiro en la dualidad de sus dudas...